EL PLAN CÓSMICO (7)


En busca de un planeta Ur  
Capítulo 4
    
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene alrededor de cuatrocientos mil millones de estrellas o de soles, muchos de ellos como el nuestro. Hay estrellas azules, estrellas rojas, amarillas, o blancas. Estos colores dependen de su antigüedad y de su composición. La mayoría de los sistemas son binarios y trinarios, o sea, la mayoría de los sistemas solares no tienen una sola estrella como el nuestro, sino que tienen dos o tres soles. Así pues, sistemas solares como el nuestro en la Vía Láctea podrían ser aproximadamente cien mil millones; y galaxias como la nuestra han sido calculadas por los astrofísicos en unas cien mil millones de galaxias. Cien mil millones de galaxias por cien mil millones de sistemas solares, nos da una cantidad difícil de imaginar...Por ello ¿cómo podríamos pensar que solamente hubiera vida en nuestro planeta?...
Nuestra galaxia no es una galaxia principal. Es una galaxia satélite. Así como nuestro planeta Tierra gira en torno al sol, todo el sistema gira en torno al centro de la galaxia. La órbita elíptica del Sistema Solar  alrededor del centro de la galaxia es de 260 millones de años. Decíamos que nuestra galaxia es una galaxia satélite, que gira junto con otras siete más en torno a una galaxia principal que es la M31 o más conocida por todos, como Andrómeda, que se encuentra a dos millones de años luz de distancia de nosotros (Un año luz son 9614 billones de kilómetros). Científicamente, los astrónomos involucran un grupo de 20 galaxias aproximadamente en torno a Andrómeda como parte del llamado "Grupo Local". Sin embargo, lo extraterrestres tienen en cuenta ocho galaxias en torno a Andrómeda para definir el sector estelar que compromete el desarrollo del Plan Cósmico.
Fue precisamente este grupo local el seleccionado para llevar a cabo el proyecto donde surgiría una civilización en un tiempo diferente o alternativo; una civilización con un potencial psíquico capaz de abrir puertas entre las dimensiones; una civilización con un potencial de Amor y de Fe que le permitiera conectar con el plano de la Conciencia de la Esencia o Espíritu. Esta Misión requería a una civilización capaz de  servir como un puente de comunicación entre el Universo Material y el Universo Espiritual, todo ello representado en la estrella de seis puntas, que simboliza que así como es arriba, así es abajo; la síntesis entre lo espiritual y lo material, a través de una actitud mental diferente.


 Mundos de un aura azul
En este Grupo Local, cuatro de las nueve galaxias fueron seleccionadas. Dos planetas por  galaxia. A esas galaxias llegaron seres de este Universo Material  de un alto grado de evolución para llevar a cabo la propuesta emanada del Universo Mental. Seleccionaron así a ocho planetas de categoría UR, planetas  que sólo se presentan en los sistemas solares de una sola estrella. La Tierra es un planeta UR, lo que significa  que nuestro mundo pertenece a una categoría de planetas muy dinámicos, inestables y sensibles; planetas que rápidamente llegan a una adolescencia precoz pero difícilmente alcanzan una juventud responsable, por cuanto se destruyen en el camino. La misma inestabilidad de estos planetas                                                                                                                                                                                                                                  hace que los seres que vivimos en ellos, seamos tan inestables como el planeta mismo, pero también permite que si nosotros logramos estabilizarnos o equilibramos, podamos equilibrar y armonizar al planeta.
La Tierra es un planeta UR de aura azul; un planeta inestable pero con un potencial para un desarrollo superior que permite una variedad de vida, de flora y de fauna inigualable. En otras palabras, la Tierra era uno de los ocho escenarios para que se desarrollara el “Plan Cósmico”, y creciera una civilización corregida y mejorada de los autores. En La Biblia, en los Salmos, se afirma: "porque el Hombre fue creado poco menos que un ángel para sentarse al lado de Dios", cosa que a los ángeles no les resulta tan fácil lograr antes que lo consiga el Hombre.
Como la Tierra habría muerto  y desaparecido en el Real Tiempo del Universo, las civilizaciones involucradas en la experimentación en nuestro planeta, viajaron a través del tiempo y del espacio mediante portales dimensionales  y vinieron a la Tierra antes de que la Tierra muriera, e impidieron de que muriera, creando con ello  un tiempo alternativo paradójico. Llegaron a nuestro mundo desde el momento en que el planeta estaba en enfriamiento. El viajar a través de la cuarta dimensión a través de los portales hace que el tiempo para ellos no pase de igual manera que para nosotros. Para nosotros, pasan cientos, miles o millones de años, mientras que para ellos fue ¡el año pasado o la semana pasada! Estos seres extraterrestres han estado presentes a lo largo de las Eras, desde cuando la Tierra tenía una corteza muy frágil y se hallaba en pleno desarrollo. Pero, ¿quiénes eran aquellos visitantes? ¿De dónde venían? ¿Cómo estaban organizados? ¿Quién les dirigía?


La Jerarquía Galáctica
Capítulo 5

    
Los extraterrestres nos dicen que nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene un gobierno compuesto por 24 seres a los que ellos llaman Los 24 Ancianos de la Galaxia. Esos 24 seres no representan a 24 civilizaciones sino a la evolución misma. Todos los mundos más evolucionados de nuestra Galaxia, en capacidad de ayudarse a sí mismos y de  ayudar a otros que están en vía de evolución se encuentran regidos bajo la supervisión de estos 24 seres. Los nombres de estas entidades son:
1.Amchall  2.Ankalara  3.Anko Bal  4.Archer  5.Asaraniel 6.Bropkol  7.Chermot               8. Gresidas 9.Ilrusi  10.Ilsalani  11.Inmalam 12.Kimrasi  13.Lembo 14.Lubieses 15.Oxil Kem 16.Preto 17.Ramanes 18.Sorcet  19.Ulkuyumi  20.Umi Tamil 21.Urlasa 22.Yansiremo 23.Yemiasa 24.Yesolma   
Los 24 Ancianos tienen participación con un representante en el Consejo de los Nueve de Andrómeda, formando así una especie de Concilio que representan a la "Gran Hermandad Blanca de la Estrella" y que involucra a todo el Grupo Local. Este representante es elegido por los 24, pero no es de entre los 24. Es como decir el número 25.
El Consejo de los Nueve, constituido por un representante de cada una de las nueve galaxias de nuestro Universo Local, está formado por:
Alcim, Gonamar, Leteon, Olmax, Oracel, Ralbot, Sagñac, Sullantes y Sumesla.
Por debajo de la Gran Hermandad Blanca de la Estrella se encuentran:
Los Ingenieros Genéticos o Sembradores de Vida
En La Biblia se les denomina, Elohim. Son seres elevados de distintas  razas extraterrestres, que tienen un gran  avance tecnológico, moral y ético , lo que les permite actuar como "Arquitectos de Planetas" o como “Sembradores de patrones de vida”, teniendo la facultad y capacidad tecnológica de modificar físicamente la estructura de las criaturas, algo que los seres humanos hemos heredado guardando ese conocimiento en nuestra memoria genética y que en la actualidad hemos sabido reproducir con el descubrimiento del “Genoma” o “Mapa de la Vida”.
Los experimentadores poseen también la capacidad tecnológica así como la  preparación ética y la autorización  de viajar y manipular conscientemente el  "tiempo".


 Los Guardianes y Vigilantes
Constituyen el "brazo derecho de la Confederación". Se encargan de velar por la protección de mundos que se encuentran en vías de evolución, como la Tierra, evitando la intromisión de civilizaciones extraterrestres que esgrimen intenciones bélicas o de colonización, o inclusive, estudios científicos no autorizados por el orden establecido desde la Confederación de Mundos de la Galaxia. Generalmente, los Guardianes y Vigilantes poseen bases orbitales próximas a los planetas en observación o bajo "cuarentena", siendo el caso propio de la Tierra, que es vigilada desde  estaciones espaciales o gigantescas naves nodriza, indetectables por nuestra tecnología y que se encuentran orbitando la Tierra, la Luna y algunos de los planetas y satélites  cercanos. Recordemos que en 1969, durante el vuelo del Apolo XI rumbo a la Luna, los astronautas Neil Amstrong, Edwin Aldrin y Michael Collin fueron testigos y hasta fotografiaron la presencia de un gigantesco objeto fusiforme orbitando alrededor de la Tierra, que calcularon medía unos 500 km de largo. Luego el 8 de noviembre de 1999, el satélite geoestacionario “Goes 8”, que se encuentra ubicado sobre la Patagonia chilena y argentina , captó la presencia de un objeto ovalado que se calculó medía 450 km de diámetro; y que a pesar de sus gigantescas dimensiones era indetectable desde la Tierra.

Los Instructores o Guías
Son los que están más cerca de nosotros. Su función es orientar misiones de ayuda planetaria en cada uno de los planetas seleccionados; como ha sido el caso en la Tierra de  la Misión RAHMA, para motivar el despertar de conciencia de la raza humana y prepararla para el momento del salto evolutivo o Tiempo Nuevo.
Los Guías pasarían por un periodo de adiestramiento para comprender la forma de vida que asistirían y cómo lo harían. Esta preparación  involucraría  un estudio profundo de las diversas posibilidades y necesidades, y la forma más adecuada de llegar a alcanzar dichos objetivos. En el caso concreto de la Tierra, los Instructores se formaron en una suerte de "universidades espaciales", donde no sólo hicieron un seguimiento de nuestra evolución sino que también profundizaron los conceptos de la cultura terrestre,  estudiando y perfeccionando también el mecanismo más viable de comunicación (la telepatía), y que motivaría el despertar progresivo de facultades dormidas en el hombre. Por ello, los Instructores o Guías, a pesar de ya poseer esta facultad, fueron entrenados como Doctores Mentales, y así poder operar efectivamente en  mundos de poderosos y desordenados patrones mentales, así como desenfrenadas energías emocionales  como la Tierra.
Los Guías como  seres del Universo Material fueron los que recibieron el encargo de la Hermandad Blanca de la Estrella  para venir a acelerar y consolidar el proceso del despertar de la conciencia  en cada uno de los ocho planetas seleccionados de categoría Ur, pero para ello requerirían enlaces, personas dispuestas a ser el puente. A estas personas se les hizo un seguimiento a través de diversas encarnaciones.

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