Judith Revel: “El filósofo de hoy debe negarse a hablar en lugar de los otros”

      El filósofo de hoy debe negarse a hablar en lugar de los otros 

                                      DEFINICIONES. "Cuanta más desesperación social hay, más peligra la democracia", evalúa Judith Revel. / EMILIANA MIGUELEZ
La idea de Foucault es muy simple: a partir del momento en que emerge ese tipo de paradigma es mejor modificar el tipo de gobernabilidad, la forma en que se gobierna a los hombres y las mujeres, y pasar de un paradigma de la sumisión a un paradigma que él llama de la vigilancia. Vigilar y castigar. Y en esa vigilancia no está solamente la idea de que no se pueden suprimir, sino la idea de que hay que domarlos, amaestrarlos, el término de Foucault es muy fuerte, educarlos que hace falta una anatomía política para tratar de conformar sus cuerpos con respecto a las exigencias del trabajo. De modo que hay que construirlos con respecto a las exigencias del trabajo. Ese es el primer sentido del término bio-política. Es interesante –al menos a mí me interesa- es que el problema no se planteaba para los esclavos, porque cuando había esclavos se los podía matar tranquilamente porque la reserva de mano de obra esclava se creía que era infinita.  O sea que si se los eliminan el riesgo es que la producción se frene. En los archivos de las fábricas del siglo XIX existe esa preocupación en los años 1830 –pero también lo encontramos en Marx- ese peligro de la extinción. Si se los destruye demasiado, no habrá más. Y si no hay más, se acaba la producción porque no quedará nadie para trabajar en las fábricas. Ese es un primer sentido y hay un segundo sentido que es que antes de ese cambio del paradigma del gobierno, paradigma de la administración de los hombres y las mujeres en función de las necesidades de la economía, antes del surgimiento de lo que Foucault llamará una economía política liberal –que será la biopolítica- el instrumento de la soberanía para hacerse respetar era la norma jurídica. La norma jurídica era la expresión de la soberanía, era la que decía lo que era posible, lo que era imposible, lo que era lícito, lo que era ilícito. A partir del momento que lo que se quiere obtener de la gente no es su obediencia, no sólo su obediencia, sino el hecho de que produzcan –Foucault dice que se quiere obtener de los hombres y las mujeres prestaciones productivas en el trabajo- hay que plantearse el problema de cómo volverlos más eficaces todavía. 

Judith Revel: “El filósofo de hoy debe negarse a hablar en lugar de los otros”

El Estado es mi pediatra / Sandino Núñez


por Sandino Núñez
¿Qué ha ocurrido, por ejemplo, y en varios niveles, con el famoso asunto de la legalización de la comercialización de la marihuana? Sólo es capaz de desplegarse entrampado entre el océano excitadísimo de las opiniones espontáneas de las personas sorprendidas por periodistas en la plaza de los bomberos o por encuestadores telefónicos, o de los que votan en las convocatorias abiertas de los programas de tele, y el dictamen definitivo, sin sombra y sin crítica, del gran testigo de lo real: el tecnocientífico
http://sujetossujetados.wordpress.com/2012/07/20/el-estado-es-mi-pediatra-sandino-nunez/





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