El tiempo me enseñó que con los años, se aprende menos de lo que se ignora. El tiempo, que es un viejo traicionero, te enseña cuando ya llegó la hora. El tiempo me enseñó como se pudo en la universidad arrabalera. Con la verdad prendida en una esquina, igual que un farolito en la vereda. Lailailai...
El tiempo me enseñó que con los años,
se aprende menos de lo que se ignora.El tiempo, que es un viejo traicionero,
te enseña cuando ya llegó la hora.
El tiempo me enseñó como se pudo
en la universidad arrabalera.
Con la verdad prendida en una esquina,
igual que un farolito en la vereda
El tiempo me enseñó que los amigos
se cuentan con los dedos de una mano.
Por eso debe ser que no los cuento,
para pensar que tengo mil hermanos.
El tiempo me enseñó que los traidores
se sientan en la mesa a tu costado.
Y el hombre que te da la puñalada,
comparte el pan con esas mismas manos.
Lai...
se cuentan con los dedos de una mano.
Por eso debe ser que no los cuento,
para pensar que tengo mil hermanos.
El tiempo me enseñó que los traidores
se sientan en la mesa a tu costado.
Y el hombre que te da la puñalada,
comparte el pan con esas mismas manos.
Lai...
Porque no tengo nada que me sobre
por eso es que yo digo que soy rico.
Porque prefiero ser un tipo pobre
a ser alguna vez, un pobre tipo.
El tiempo me enseñó que las banderas,
son palos con jirones que flamean
y el mapa es un papel que se reparten
los reyes mientras los hombres pelean.
por eso es que yo digo que soy rico.
Porque prefiero ser un tipo pobre
a ser alguna vez, un pobre tipo.
El tiempo me enseñó que las banderas,
son palos con jirones que flamean
y el mapa es un papel que se reparten
los reyes mientras los hombres pelean.
El tiempo me enseñó que la miseria
es culpa de los hombres miserables;
que la justicia tarda y nunca llega
pero es la pesadilla del culpable.
El tiempo me enseñó que la memoria
no es menos poderosa que el olvido;
es solo que el poder de la victoria
se encarga de olvidar a los vencidos.
El tiempo me enseñó que los
valientes
escribirán la historia con su sangre,
pero la historia escrita de los libros
se escribe con la pluma del cobarde.
El tiempo me enseñó que desconfiara
de lo que el tiempo mismo me ha enseñado.
Por eso a veces tengo la esperanza
que el tiempo pueda estar equivocado.
escribirán la historia con su sangre,
pero la historia escrita de los libros
se escribe con la pluma del cobarde.
El tiempo me enseñó que desconfiara
de lo que el tiempo mismo me ha enseñado.
Por eso a veces tengo la esperanza
que el tiempo pueda estar equivocado.
DEDICADO A LOS QUE SE LA CREYERON
"Lamento que piensen así y me sigan insultando. De usted no espero otra cosa que un abrazo cuando la vea, y si es posible, acuérdese de pedirme disculpas por lo que ha manifestado", finaliza Casero.
Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una lágrima asomada
yo no pude contener...
Si crucé por los caminos
como un paria que el destino
se empeñó en deshacer;
si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que hoy comprendan
el valor que representa
el coraje de querer.
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una lágrima asomada
yo no pude contener...
Si crucé por los caminos
como un paria que el destino
se empeñó en deshacer;
si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que hoy comprendan
el valor que representa
el coraje de querer.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.
Por seguir tras de su huella
yo bebí incansablemente
en mi copa de dolor,
pero nadie comprendía
que, si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste, en la pendiente,
solitario y ya vencido
yo me quiero confesar:
si aquella boca mentía
el amor que me ofrecía,
por aquellos ojos brujos
yo habría dado siempre más.
yo bebí incansablemente
en mi copa de dolor,
pero nadie comprendía
que, si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste, en la pendiente,
solitario y ya vencido
yo me quiero confesar:
si aquella boca mentía
el amor que me ofrecía,
por aquellos ojos brujos
yo habría dado siempre más.
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